¿Garantía
de Calidad?
Cuando uno
lee el preámbulo del Documento de Bases para una Ley de Calidad
de la Educación, no puede discutir los principios en los que se
fundamenta: La necesidad de fomentar la cultura del esfuerzo como garantía
del aprendizaje y la necesidad que este esfuerzo sea evaluado como método
para represtigiar las titulaciones obtenidas.
Para ello
el MECD pretende superar el modelo pedagógico de la "escuela
comprensiva" por un "sistema de oportunidades" en el que
el desarrollo de itinerarios educativos a partir del tercer curso de ESO
facilite el máximo de rendimiento a cada alumno, según sus
posibilidades, motivaciones y preferencias. Este nuevo modelo se vería
complementado y matizado por una serie de medidas de atención a
la diversidad (inmigración, sectores desfavorecidos, etc) que equilibrasen
el sistema para no fomentar la desigualdad de oportunidades.
La tercera
pata de esta Ley de Calidad consiste en dotar de mayor prestigio al profesorado,
apoyar la profesionalización de los centros y estimular una cierta
especialización de los propios centros.
Todos estos
principios me parecen estimulantes. Aunque en las reflexiones del Documento
de Bases falta un diagnóstico objetivo sobre la realidad del sistema
educativo en España y "se tira" demasiado del referente
europeo, podríamos coincidir en que del estado de ánimo
del profesorado y de las intuiciones de familias y sociedad, en general,
se reclamaba un esfuerzo por mejorar la calidad de la educación
en el Estado.
Ahora bien,
me quedan tres dudas importantes que la lectura del Documento de Bases
para una Ley de Calidad no me ha resuelto:
La primera
duda es clara: ¿Se puede considerar consolidada la anterior reforma
educativa, en términos de tiempo y de dotación presupuestaria
como para invalidar todos los esfuerzos de la década anterior?
El segundo
interrogante tiene que ver con la estrategia del Gobierno del PP para
justificar la necesidad de una Ley de Calidad. ¿Es positivo para
el prestigio del sector educativo el tono de crítica demoledora
a todo lo que existía hasta ahora, sobretodo, si analizamos el
punto del que partíamos y que la situación de la escuela
y de su modelo educativo no deja de ser un reflejo de la propia sociedad?
Finalmente,
sólo señalar que veo difícil que cualquier Ley progrese
sin la participación de los agentes implicados. No considero que
la manera como se ha filtrado la misma, y se ha tratado a los que discrepaban
de ella, favorezca que el profesorado y las comunidades autónomas
se sientan muy implicadas en este proceso de mejora de la calidad de la
enseñanza en España.
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